Accidentes viales cobran al año 6.500 vidas y casi $4 billones

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La accidentalidad vial en Colombia, que en el 2018 mató más de 6.000 personas y dejó heridas a otras 37.000, le cuesta al país alrededor de $4 billones cada año.

Esta cifra –equivalente casi a la mitad de recursos que recaudará la última reforma tributaria– representa un costo económico y fiscal para diferentes sectores y gremios, entre los que están aseguradoras, empresarios, fondos de pensiones y, en general, al sistema de salud colombiano.

Los anteriores conforman la maraña de actores que se involucran una vez una persona tiene un accidente vial en el país, aunque las aseguradoras son, sin dudas, las que mayores implicaciones económicas tienen en la materia, si se tiene en cuenta que por Soat y seguros de riesgos catastróficos y accidentes de tránsito se pagan $1,5 billones.

MÚLTIPLES ARISTAS

Además, el efecto colateral de estos eventos –que incluye el pago de pensiones por invalidez o fallecimiento– le cuestan a los privados otros $1,3 billones, llevando a que la suma alcance los $2,8 billones. De ahí en adelante entran a participar de la ‘vaca’ los demás, que aportan los $800.000 millones restantes de gasto.

A pesar de que las cifras de siniestralidad, muertos y heridos han bajado levemente, para Edder Velandia, experto en movilidad de la Universidad La Salle, el problema persiste y tiene más de una arista. “Quizá los principales actores viales que hay que entrar a revisar son los motociclistas, ya que son los que más crecen en número; segundo los peatones, sobre todo niños y adultos mayores; y, en tercer lugar, los ciclistas”.

Y agregó que en el caso de las motos, es necesario trabajar en temas para mejorar el transporte público y promover el uso de bicicletas, lo cual debe incluir campañas de sensibilización.

Finalmente, añadió que el Gobierno debe regular la vida útil de los vehículos, ya que “los gobiernos se han hecho los de la vista gorda con esto, y es necesario tener estándares mínimos de seguridad”. Y que es vital que se endurezcan las reglas para otorgar las licencias de conducción.

En esto coincidió Ángela Huzgame, directora de la Cámara del Soat de Fasecolda, quien agregó que se deben “fortalecer los requisitos para obtener la licencia de conducción y ser más estrictos con las entidades que forman conductores y hacen las pruebas de idoneidad de los que aspiran a ser conductores”.

Y añadió que también se debe fijar “obligatoriedad en la utilización de elementos de seguridad como cascos de especificaciones determinadas, frenos, luces; fortalecer la vigilancia del cumplimiento de esas medidas y del respeto de las señales de tránsito; y revisar los corredores viales con mayor frecuencia de accidentes para intervenirlos en lo que corresponda”.

Parte de estas necesidades están incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), según el cual “se desarrollarán estrategias y metodologías para la asignación de recursos en seguridad vial, y se diseñarán instrumentos y servicios que permitan la reducción de las tasas de siniestralidad, focalizadas por tipo de actor y población”.

CIRUGÍA PROFUNDA 

Entre estas se encontrarían la revisión, actualización e implementación del modelo para otorgar, renovar y recategorizar los ‘pases’ de conducción que existen en el país, y la refomulación de las sanciones por infracciones de tránsito y transporte. Incluso, no se descarta la presentación de un proyecto de ley, con el fin de reducir los elevados índices de accidentes viales. 

Para lograrlo, se haría necesario revisar dos factores generales, según dijo Fabiola Rey, docente y directora de posgrados en Salud de la Universidad EAN. El primero es de carácter estructural y tiene que ver con temas como reducir los excesos de velocidad; instalar infraestructura adecuada para peatones y ciclistas y reconocerlos como sujetos de derechos en la vía; y, tercero, exigirles más a los fabricantes de autos, en materia de disminución del impacto de mortalidad que implica un choque.

El segundo, que tiene que ver con el comportamiento humano, “se vincula con los comportamientos que son de riesgo en la vía y que producen accidentalidad mayor, y responde a varias cosas: manejo inseguro, conducción con alteraciones de los sentidos (relativo con alcohol, tabaco y drogas ilícitas) y distracción con el uso del celular durante la conducción, que hacen que las personas tengan cuatro veces más probabilidades de chocarse”, concluyó la experta.

Para el gremio asegurador, esta realidad no es ajena a la visión del gobierno Duque: “Si bien el PND no aterriza en estrategias para reducir los accidentes, en la medida que estos planes de movilidad (municipal, distrital y metropolitano) se formulen y ejecuten con el debido rigor, podrían tener un impacto positivo sobre la seguridad vial”, concluyó Huzgame.

CAMBIOS EN PLAN DE DESARROLLO 

Promoverá la tipificación de los delitos contra la seguridad vial y creación de fiscalías especializadas.

Implementará un plan de formación a cuerpos de policía y autoridades de tránsito.

Revisará Código Nacional de Tránsito Terrestre para precisar los procesos de verificación y sanción de quienes conduzcan en estado de embriaguez o bajo efecto de sustancias alucinógenas.

Entidades responsables en cada modo formularán e implementarán planes de seguridad vial.

 

Fuente: Portafolio

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