En el puente de la Cordialidad siguen las ilegalidades

Escaleras artesanales, vendedores estacionarios, taxis colectivos y buses que recogen y dejan pasajeros son las infracciones cometidas en esta importante vía de Barranquilla.
De lunes a viernes, Dayana Benavides se baja del bus de Galapa, Municipio a 10 kilómetros de Barranquilla, en el puente de la Cordialidad, paga $500 para usar unas escaleras improvisadas con barandas endebles hasta la vía Circunvalar y sube a otro bus para ir a su trabajo.
Si los dos transportes se encuentran en el lugar ese proceso le toma unos cinco minutos, mientras que bajarse en un sitio permitido y desplazarse hasta donde toma el segundo vehículo le “llevaría más tiempo”, dice. Dos veces al día Benavides hace lo mismo porque le permite “llegar más rápido” a su destino”, aunque es consciente de que su conducta no es “la más legal”.
Para esta joven de 24 años, de cabello negro hasta la cintura y piel trigueña, la facilidad a veces obliga a las personas a “cometer imprudencias”, pero asegura que “no encuentran, en este sector, otra manera de acceder al servicio público”.
Al igual que la joven residente en la vecina población, miles de personas ponen en riesgo sus vidas al descender de los transportes públicos en los estrechos andenes del puente, de menos de un metro de ancho.
Los vendedores estacionarios comercializan sus productos sobre la carretera ocupando el espacio público y generando la posibilidad de un accidente.
Aunque hay horas de mayor afluencia de usuarios (temprano en la mañana, a mediodía y al finalizar la tarde) en todo momento hay pasajeros que se mezclan con los vendedores estacionarios de frutas, de llamadas a celular y de una variedad de productos comestibles, dándole al lugar una apariencia de mercado al aire libre y sin control.
Fuente: El Heraldo.co
Foto: El Heraldo.co
http://www.elheraldo.co/local/en-el-puente-de-la-cordialidad-siguen-las-ilegalidades-173211