Los retos del plan de movilidad de Peñalosa

En su programa de gobierno, el alcalde Enrique Peñalosa dividió en once puntos su plan de movilidad, con el que pretende, en esencia, desembotellar a Bogotá y prepararla para su crecimiento. Contempla desde mayores controles para los taxis, ampliar y conectar la red de ciclorrutas y mejorar los andenes, hasta la primera línea del metro, tres troncales de Transmilenio y la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO).
La meta es que los ciudadanos tengan “una movilidad mucho más rápida, segura y cómoda”. Para alcanzar este objetivo, la ciudad enfrentará cambios que se pueden hacer en cuatro años y otros de mayor envergadura que trascenderán este gobierno.
José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística, Movilidad y Territorio (OMLT) de la Universidad Nacional, considera un buen presagio que los funcionarios designados en puestos claves sostengan una buena relación con las instancias nacionales e internacionales que financiarán el proyecto, como el Banco Mundial.
En el caso específico del metro, esto será determinante, ya que los cambios que la administración le quiere hacer al proyecto requerirán de nuevos estudios y aprobación tanto de la Nación como del Banco Mundial. Rojas explica que, aunque Peñalosa tal vez no alcance a dejar la primera línea terminada, como lo asegura en su Plan de Gobierno, probablemente “alcanzará a poner el primer riel, un momento histórico para la ciudad”. Ayer, de hecho, anunció que la primera fase de la primera línea (entre el portal de las Américas y la calle 26) saldrá a licitación, por tardar, en diciembre próximo.
El mejoramiento de las estaciones de Transmilenio y avanzar en la construcción de las troncales de la Boyacá, la Séptima y la 68 también son para el mandatario un “asunto prioritario”. Para lograrlo, el profesor afirma que es primordial que Peñalosa se apoye en el Plan de Ascenso Tecnológico (PAT) que decretó el exalcalde Gustavo Petro en 2013. De ser así, solo se tendría que dedicar a ejecutar, “que es para lo que eligió su gabinete”.
Sergio París, exgerente de Transmilenio, también ve factible que en los próximos cuatro años cambie para bien el servicio en las estaciones existentes, mejorando la frecuencia y dejando menos rutas por puerta. “De hecho, ya lo habíamos empezado a hacer con diez servicios”, aclara. Es posible darle un impulso a ese proyecto para que avance más rápido. La implementación del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) va en un 83 %. Falta completar la flota, tanto de buses azules como de articulados de Transmilenio, y desintegrar la flota del transporte convencional. Lo más complejo son los proyectos que requieran financiación”.
Fuente: El Espectador.com
Imagen tomada de: El Espectador.com
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