El lado oscuro del transporte informal

Hace unos pocos días, en el municipio de Fundación del departamento de Magdalena (Colombia), 52 niños de entre 2 y 13 años eran transportados en un autobús con sobrecupo, sin autorización para operar, sin revisión técnico-mecánica ni seguro obligatorio vigente, con un conductor sin licencia y con casi una decena de multas de tráfico; algo que sorprende poco pues ocurre día a día en diferentes rincones del país. Y lo preocupante es precisamente eso, que tal situación no sorprenda a nadie porque nos hemos acostumbrado a aceptar lo inaceptable como parte de nuestra cotidianidad.
Pues bien, tal cotidianidad esta vez tuvo un desenlace trágico. A consecuencia de la negligencia del conductor y de quien contrató el servicio murieron 33 niños y 16 más resultaron con quemaduras serias por un incendio asociado a fallas mecánicas y una inadecuada acción del conductor. ¿Era evitable este incidente tan grave? La respuesta es sí, lo era, y por ello hay que decirle al gobierno nacional que importa poco que se decrete un duelo nacional, lo que realmente importa es asegurar un verdadero control al transporte público y al transporte especial, pues esta no es la primera tragedia que habría podido ser evitada.
En nuestro país son millones los ciudadanos que se exponen a diario a una tragedia de estas características. A un transporte formal con parte de su flota envejecida y un significativo número de conductores de dudosa conciencia de la buena conducción y la seguridad vial, se le suma la presencia de un transporte informal que rompe todas las reglas posibles.
Basta con mencionar que algunos sectores de difícil accesibilidad en nuestras ciudades están completamente dominados por el transporte informal o por el transporte formal inadecuado (algunos de ellos vehículos tipo campero adaptados), como consecuencia directa de que el gobierno local no ha sido capaz de ofrecer un transporte público de calidad a dichas zonas.
El caso del transporte especial para escolares no se queda atrás. Prácticamente en cualquier ciudad abundan los casos en que los escolares, y sus padres, deben encomendarse a la Santísima Trinidad para salir bien librados al movilizarse en un vehículo que, a todas luces, incumple las condiciones mínimas para prestar el servicio.
Fuente: Semana.com
Imagen tomada como refrenecia de la tragencia en Fundación, Magdalena
http://www.semana.com/opinion/articulo/transporte-informal-su-lado-oscuro/388969-3