La navegación por el río Magdalena

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Desde siempre el río Magdalena ha sido la gran arteria que une al territorio de lo que hoy es Colombia. Las civilizaciones precolombinas lo usaron para transportarse y comerciar. Por él subieron y bajaron los conquistadores y, luego, aquellos que poblaron gran parte de nuestra patria. Hasta hace poco menos de 100 años fue nuestro principal canal de transporte y por él navegaban buques comerciales y barcazas con pasajeros y mercancías.

Pero en los últimos 80 años, por el veloz crecimiento de la población urbana, el desarrollo del transporte terrestre, el galopante aumento de las toneladas de desechos que arrastran sus aguas, la erosión de los suelos, los deslizamientos, la deforestación, la construcción de embalses y otros impactos, el río cambió en forma inenarrable. Durante décadas su papel protagónico se fue eclipsando.

Sin embargo, ahora el desarrollo de la economía, el aumento de la población, la urgencia de hallar vías de comunicación con los puertos para disminuir costos de transporte de mercancías, tornaron urgente el salvar la navegabilidad por el río. Así, el Estado en 2014 suscribió con el consorcio Navelena un contrato por un término de 13,5 años y un costo de 2,5 billones de pesos para hacer las obras de encauzamiento, dragado y mantenimiento del río.

Tal contrato se anunció como una gran noticia. Pero ha aflorado que lo pregonado dista de la realidad, como se afirmó en el Foro Nacional Ambiental celebrado hace poco, en el que se denunció que se celebró y suscribió sin conocer los estudios de diseño y las simulaciones técnicas, que el proyecto podría ser inviable, que desconoce la complejidad del río, tiene vacíos técnicos y equivocaciones pues el afluente de hoy es distinto al que los contratistas creen, que hay improvisación y mala inversión de millonarios recursos públicos, que no se han tenido en cuenta los cambios climáticos, que se ignora cuál sea su impacto ambiental, social y cultural, entre otros reproches.

Frente a ello, servidores públicos han dado respuestas vagas e inquietantes. Por eso científicos y técnicos colombianos están dirigiendo una carta al Presidente de la República alertándolo de lo sucedido.

El asunto no es claro, podemos estar ante otro falso pregón de progreso y esta vez hay comprometidos 2,5 billones de pesos recaudados por la vía de los impuestos que pagan los contribuyentes. Ojalá no sea así. 

 

Fuente: Vanguardia.com 
Imagen tomada como referencia 
http://www.vanguardia.com/opinion/editorial/308863-la-navegacion-por-el-rio-magdalena 

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