La tragedia de una ciudad sin señales de vida en pie

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Este es síntoma de que su perro o gato sufren una intoxicación, envenenamiento, entre otras causas. Ya existen hasta cementerios de señales de tránsito. Allí llegan todos los cadáveres de metal atestados de avisos, rayones, cintas, calcomanías y algunos simplemente no se pueden ni reconocer.

Los vándalos de la ciudad parecen no entender que una señal de pare, de paso de estudiantes o de indicación de velocidad permitida es sinónimo de vida y que una llevada por la barbaridad del ser humano a convertirse en basura puede poner en riesgo la vida de muchos ciudadanos.

Bogotá tiene aproximadamente 217.930 señales de tránsito instaladas en las vías y, según la Secretaría de Movilidad, solo el año pasado se realizó el mantenimiento, limpieza y enderezamiento a 48.048 de estas que han sido dañadas por personas sin escrúpulos.

Lo más grave son los gastos que este ‘chiste’ le genera a la ciudad. Cada año la entidad invierte entre 800.000 y 1.000 millones de pesos en reponer o arreglar las señales moribundas, dinero que se podría utilizar mejor en optimizar la señalización de la ciudad con nuevas tecnologías y en más sectores.

Solo durante el año en curso se han invertido alrededor de 304 millones de pesos en mantenimiento, limpieza y enderezamiento de 39.948 señales verticales de pedestal.

Aunque todas las localidades sufren de este flagelo, el daño más grave se ha identificado en las localidades de Chapinero, La Candelaria, Santa Fe y Barrios Unidos.

Solo en la carrera 13, entre la calle 67 y la calle 39, se denota el total irrespeto que se tiene del mobiliario urbano.

Lo peor es que la misma suerte corren las bancas metálicas, las canecas de basura, los postes y hasta los hidrantes.

Fuente: El Tiempo.com 
Imagen tomada de: El Tiempo.com 

 

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