Nueva licitación del túnel de La Línea

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Por cuenta de una cadena de errores, la obra se convirtió en un dolor de cabeza para el país.

Irreconciliable. Así, con esa palabra, podría cerrarse la página del complejo episodio entre la Nación y el contratista encargado de sacar adelante el tristemente célebre túnel de La Línea que terminó el primero de diciembre. Invías, después de conceder varias prórrogas, decidió no dar más largas al contrato vigente y optar por abrirle paso a una nueva licitación.

En diciembre del 2008 fue adjudicado el proyecto. El contratista no solo debía responder por el túnel central, de 8,6 kilómetros, sino por segundas calzadas en Quindío y Tolima, de 9,3 y 8,9 kilómetros, respectivamente. En estas, el responsable de sacar la obra adelante se comprometió a hacer 25 puentes y 20 túneles.

En ese orden de ideas, la reciente decisión del Invías de no prorrogar el contrato obligó al Gobierno a abrir, el pasado 6 de diciembre, una nueva licitación por 238.000 millones de pesos, con la que busca, de una vez por todas, ponerle el punto final, en el 2018, a una novela que ha dejado millonarios sobrecostos para la Nación y, por supuesto, dolorosas lecciones de cómo no debe estructurarse y contratarse en el país un proyecto de infraestructura.

Al cabo de casi un siglo de esta tortuosa historia, el colofón es inequívoco: el país debe aprender de la mala estructuración y contratación de este proyecto, el cual, sin lugar a dudas, debe superar cuanto antes el marasmo.

Fuente Noticia: El Tiempo

Fuente Imagen: El Tiempo 

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