Retos y oportunidades de la ley contra conductores ebrios

La ley 1696 contra conductores ebrios que coloquialmente llaman en la calle con el apellido del exsenador de los “50.000 votos”, ha generado oportunidades de negocio para unos y pérdidas económicas para otros.
Oportunidades para los que se ofrecen como conductores elegidos, formal e informalmente, además de los taxistas. Y pérdidas, según algunos representantes de gremios, a los dueños de establecimientos nocturnos y restaurantes que reportan un bajón significativo en la venta de licores.
Y aunque parezca increíble, no son pocas las personas que prefieren no salir a rumbear sino es un su carro y con unos tragos en su cabeza.
José Raúl Rodríguez, presidente de Asonocturnos, organización que reúne establecimientos de comercio como bares, discotecas, restaurantes y sitios de comidas rápidas en Barranquilla, asegura que las ventas se cayeron entre un 37 y un 41% entre diciembre, enero y lo que va de febrero, comparado con años anteriores.
En esto también coincide, ya a nivel nacional, el presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, Acodres, Iván Bohórquez que reúne la mayoría de restaurantes grandes y medianos del país.
En la revista Dinero el dirigente gremial dijo que las pérdidas se calculan, solo en enero, entre el 15% y el 30%.
Kati Daza, coordinadora de mercadeo y eventos de la discoteca Trucupey, comenta que ese sitio de rumba ha sentido la baja en el número de clientes solo en el pasado enero, pero es clara al afirmar que ese mes históricamente es difícil para el comercio y considera prematuro atribuirle esa coyuntura a la nueva ley.
Pero el ingenio colombiano da para todo y el ejemplo lo demuestra José Raúl Rodríguez, de Asonocturnos.
Manifiesta que por lo menos en 50 bares y discotecas afiliados a su agremiación están ofreciéndole a sus clientes, cuando el consumo pasa de $100.000, llevar a su casa a la persona y si se requiere a la pareja.
Fuente: El Heraldo.com