Los trenes de primera generación del metro, que fueron fabricados en Alemania en 1995, tendrán 20 años más de vida útil gracias a un desarrollo del Grupo de estudios en mantenimiento industrial de la Universidad Eafit.
Se trata del rediseño de una traviesa, la pieza que conecta la carrocería (donde van los pasajeros) con los bogies, es decir, el material rodante que une el tren con las vías.