Las guerrillas de las Farc y el Eln son los principales causantes de una grave “tragedia ambiental silenciosa” provocada por los atentados a la industria petrolera. Desde 1986, se han derramado 4,1 millones de barriles de crudo y mucha parte contamina los ecosistemas.
Este año la afectación persiste debido a los 49 ataques y sabotajes a oleoductos, pozos y vehículos de transporte, de los cuales el 88 por ciento fueron cometidos por las Farc y el resto por los elenos (12%).