La palabra clave para la infraestructura, por estos días, es ‘revolución’. En los últimos siete años se han intervenido 53.000 kilómetros de la red vial nacional, el equivalente a ir tres veces y media de Ottawa (Canadá) a la Patagonia (Argentina).
Durante este mismo tiempo se generaron más de 500.000 empleos y se pasó de tener 700 kilómetros (km) de doble calzada, en el año 2010, a 2.100 km, en el 2017.