A medida que avanzan los temores por otra posible recaída en los precios internacionales del petróleo, cuya referencia en WTI, de Estados Unidos, cayó por debajo de 40 dólares el barril la semana pasada, las empresas que producen el hidrocarburo en el país no solo se aprietan el cinturón, sino que hacen cuentas de qué rentabilidad finalmente tendrán este año de mantenerse la tendencia a la baja en el precio del barril.
Y pensar en un barril de petróleo a 30 dólares pone a temblar a cualquiera.