Antes de finalizar la obra, era imposible ingresar a Tocancipá debido al alto flujo de vehículos de carga, pasajeros y particulares.
Los fines de semana y puentes festivos, los 32 mil habitantes de Tocancipá en Cundinamarca, se veían condenados a aguantar los trancones en el municipio por el alto flujo vehicular que aumentaba los fines de semana por los viajeros que de Bogotá salían hacia Tunaj, Boyacá.